la extinción de mi lengua y de mis sueños, el final de razones para vivir y creer. Cuando se acaba la magia. de los nombres de los abuelos y el querer de los padres. Es precio el de una civilización donde no formamos parte.
Donde es prohibido por el olvido ser libre, ser canto ser fruto, ser raiz, Y sabiduria de animal que se esconde entre lo que no se ve y lo que se entierra.
La sin memoria de los cuentos Y otra vez la extición. Sin vestirme ni hablar como siento y el sonido de lo que pienso. ya no valen mis colores ni simbolos. Me imponen que solo sea numero. una cifra
Es la necesidad de la garganta laberinto de la ciudad y su lengua de dinero, la que es impuesta para mi y mis hijos y los suyos de los suyos.
Es que eso duele más que el hambre, humanos, acuerdense, eso duele más. La extincion de toda una memoria. Para amanecer en una muerte Con limites y extrañas telas para saludar. Sin rios ni cantos en un arbol, solos con objetos. Y es que ya no sanamos. Solo cantamos solo bailamos para acompañarnos en esa larga noche que vendra para mi gente y no volver de ella .
Dedicado a los pueblos y lenguas que se extingen dia a dia. vrac