La mujer que fue llevada por el diablo
Una vez se fueron tres asháninkas a cazar. En el camino, se encontraron con una serpiente de muchas cabezas. Dos de los asháninkas quisieron buscar palos para pegar a la culebra pero el tercero, que era un vanidoso, dijo que no era necesario atacar al animal con palos sino a mano limpia, como se acostumbra en su pueblo. Así el hombre empezó a tirar puñetazos al animal y a recibir mordidas de este, hasta que murió. Los otros dos asháninkas se asustaron y se fueron. El cadáver fue encontrado por unos gallinazos que comieron un poco y luego enterraron lo que quedaba para seguir comiéndolo después.
Ya en el pueblo, los dos asháninkas contaron a la hermana del vanidoso lo que le había pasado. La mujer al monte a buscar a su hermano. Fue con su perro y un machete. En el camino, el perro se adelantó y se encontró también con la serpiente, subió sobre ella y la mordió. La mujer al alcanzar al perro y ver a la serpiente con varias cabezas, se asustó y quiso regresar. De pronto, se encontró con un hombre quien le propuso llevársela a su pueblo. Ella se negó y él la cargó a la fuerza. La mujer gritaba, pero nadie la oía. Golpeó al hombre y este se convirtió en gavilán, luego, en una serpiente alada que quitó la cushma a la mujer y que quiso llevarla a una cueva. Por último, la serpiente se transformó en diablo, aunque la mujer se defendía, la serpiente la mordió y cayó muerta al suelo, donde inmediatamente vino un gallinazo a comérsela.
En el pueblo, el esposo de la mujer la buscó en casa y no la encontró. Fue al monte y ahí vio las huellas de su esposa. De regresó a casa, comenzó a chupar tabaco con el que tuvo una visión de lo sucedido. Al día siguiente, armado de arcos y flechas fue a la cueva a buscar al diablo a quien encontró con un cuchillo en la mano. El diablo y el asháninka pelearon hasta que el hombre murió.
Más tarde, los curanderos, shiriparis, encerraron al diablo en la cueva de la que ya no puede salir. El cerro, donde está el diablo de varias cabezas, es llamado por los asháninkas Marankitoni.
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